La leyenda que forjó Eduardo Spandre no tiene fecha de caducidad. No importa que un certificado de defunción registre que su deceso se produjo el 18 de octubre del 2000, en Guayaquil. El Tano desapareció físicamente, pero lo real es que no morirá nunca. Las hazañas futboleras que protagonizó Spandre en las canchas y en los banquillos mantienen vigentes su nombre y su recuerdo.

Reaparece cada cierto tiempo en las remembranzas en blanco y negro de quienes lo vieron brillar con las camisetas de Río Guayas, Emelec y Unión Deportiva Valdez, cuando por su categoría señorial el Tano es mencionado como uno de los mejores defensas extranjeros llegados al país en cualquier época. Surge también en las charlas de sus antiguos pupilos, que hablan con respeto del viejo y sabio maestro que los dirigió.

Con las finales de la LigaPro 2021 en el horizonte (5 de diciembre la ida y 12 de diciembre la vuelta), dos estrategas provenientes del otro lado del Atlántico se alistan para la batalla en América: el español Ismael Rescalvo, al frente de Emelec; y el portugués Renato Paiva, que comanda a Independiente del Valle.

Esa inédita coyuntura causa que hoy, 70 años después de su arribo a Guayaquil, Spandre esté en boca de los más jóvenes, quienes a través de terceros descubren que se trata del primer entrenador nacido en Europa que ganó un campeonato ecuatoriano de fútbol.

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Aunque en mayo de 1951 desembarcó procedente de Buenos Aires, contratado por el club Río Guayas –como refuerzo para jugar en el torneo provincial que inauguró en el país la era del balompié profesional–, la nacionalidad del Tano era italiana. Que vino al mundo el 25 de enero de 1920 en Mathi, pequeña localidad en la provincia de Turín (región de Piamonte, hoy con 3.970 habitantes), lo confirmó a este Diario Susana Spandre, su hija.

Pasaporte italiano

”Mi padre fue llevado a Argentina cuando tenía un año o un año y medio de nacido. No se naturalizó. Amaba a Argentina y a Ecuador, pero siempre mantuvo su pasaporte italiano, aunque no hablaba ese idioma”, relata Susana Spandre.

Pero fue aquí donde el Tano se consagró y escribió los capítulos más trascendentes de su carrera deportiva. Alguna vez reveló que recibió una oferta de Ecuador y “sin pensarlo mucho acepté, sin imaginar que iba a un país en el que me quedaría para toda la vida”.

En Argentina fue “figura descollante de Tigre y también en Platense”, se comentaba de Spandre en EL UNIVERSO, en junio de 1951. Lo este Diario calificaba como “un back de mucho prestigio” que “ha impresionado muy bien en los entrenamientos”.

Entre los antecedentes de la vida del Tano como jugador en las canchas albicelestes destacan dos momentos estelares. El 4 de octubre de 1942 Tigre recibió al poderoso Boca Juniors, por la fecha 23. La visita se puso 1-0, pero goles de Santiago Oubiñas (88 minutos) y Eusebio Videla (89) le dieron a Tigre una heroica victoria 2-1. Esa tarde, un joven zaguero frenó a la brutal ofensiva xeneize en la que sobresalían Mario Atómico Boyé, Pío Corcuera y Jaime Sarlanga (pilares del demoledor ataque boquense en el bicampeonato de 1943-1944): Eduardo Spandre.

Antes, el 15 de diciembre de 1940, en su campaña de estreno en Tigre, el Tano fue partícipe de “uno de los triunfos más resonantes en primera al apabullar a Vélez Sarsfield, por un imponente 6-2″, publicó el sitio web Tigre.MinutoCero . Spandre, “de atropellada, tras un rechazo del arquero”, abrió la cuenta a los 11 minutos, según el portal Fútbol Argentino: Crónicas y Estadísticas , que dirige el investigador Luis Alberto Colussi. Ante Vélez, Spandre alineó como delantero, un puesto que ocupó entre 1940 y parte de 1942, como lo ratifica el Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol, de Argentina.

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En Ecuador lo esperaba la gloria. En 1951 dio la vuelta olímpica como defensor de Río Guayas. Pasó a Emelec en 1952 y en 1953 a Valdez, de Milagro, donde colgó los botines con otra titulación provincial.

Valentín Domínguez (i) y Eduardo Spandre, jugadores de Río Guayas en 1951, luego de un entrenamiento. Foto: Archivo

Nace el entrenador

Spandre comenzó su trayectoria de técnico en 1954 en Valdez, con 34 años. Tuvo éxito de inmediato. Condujo a los azucareros a la cúspide provincial. Fue así el primer DT del Viejo Continente con una estrella en el fútbol profesional de Ecuador. El 27 de noviembre de 1955 enriqueció sus pergaminos al darle a Barcelona su primer galardón en el balompié rentado. Spandre firmó su obra de arte con una victoria 3-2 en el Clásico del Astillero, en la jornada final del certamen de Asoguayas.

Para el Tano , 1957 fue el año de su ingreso a los libros de récords. Estaba al mando de Emelec cuando un 0-0 ante Valdez, el 23 de octubre, le permitió levantar el trofeo de soberano de Asoguayas. Spandre fue el primer entrenador que consiguió títulos con canarios y millonarios (lo emuló el argentino Salvador Capitano en 1993 con Emelec y en 1995 con Barcelona).

El 1 de diciembre de 1957 la escuadra azul sometió 2-0 al Aucas, en el estadio Capwell, y se apoderó de la edición inicial del torneo ecuatoriano. Spandre es desde entonces el primer DT nacido en Europa que gana un campeonato ecuatoriano. El segundo es otro italiano: Vessilio Bártoli (1908-1981), que lo hizo con El Nacional capitalino, en 1967. Bártoli fue importado por Universidad Católica, de Quito, en 1965. Su palmarés incluía exitosos pasajes en Paraguay, donde campeonó con Sportivo Luqueño (1951 y 1953) y Cerro Porteño (1961).

Varios récords

El Tano es también el estratega europeo con más títulos en el país: cuatro (tres de Asoguayas y uno nacional). Único con dos coronas en una misma temporada (hizo rey de Guayas y de Ecuador a Emelec, en 1957). En cifras, el ciclo triunfal de Spandre, en las campañas en que alcanzó títulos con Valdez, Barcelona y Emelec, se resume en 54 partidos dirigidos, 38 ganados, 7 empatados y 9 perdidos.

En el texto de la placa que aún no se coloca en el estadio Capwell para rendirle un homenaje a Spandre, el “supercrack con gracia y elegancia”, como lo describió por su estilo de juego el célebre periodista guayaquileño Arístides Castro Rodríguez, debe incluirse el fragmento con el que el mismo comunicador lo ponderó por sus cualidades como entrenador: “A nuestro criterio, nadie sabe tanto de fútbol como el Tano Spandre. Por eso, sencillamente, reverentemente, le decimos ¡Maestro!. Es una biblia del fútbol”. (D)