Fue el club ejemplo por varios años y se convirtió en una máquina de ganar, pero hoy hay un abismo entre el Atlético Nacional supercampeón y el que acaba de despedir a su entrenador, el séptimo en un lapso de cinco años, un dato no menor que evidencia que el problema es profundo y va más allá de la dirección técnica.
Lillo, Almirón, Autuori, Osorio, Guimarães y Restrepo hacen parte de un listado que engrosa 'el Arriero' Herrera, quien ya acumula varios interinatos y dirigirá el jueves la vuelta ante Olimpia por la Copa Libertadores.
El proyecto que terminó oficialmente este martes había nacido bajo el amparo de recuperar el ADN del club con un DT de la entraña, rodeado por referentes como Francisco Maturana y René Higuita, quienes regresaron a casa en cargos extraños y con funciones difusas.
"Está plenamente preparado para asumir esta tarea", aseguró el presidente Emilio Gutiérrez en la presentación de Alejandro Restrepo, en la que anunció también un inusual movimiento: el director deportivo pasaba a ser asistente técnico.
El experimento no funcionó. Fue una quimera. Bajo rendimiento, epidemia de lesiones, refuerzos que no han estado a la altura, floja preparación física y poca muñeca del entrenador.
Entre decisiones con pinta de improvisación buscaron encauzar al proyecto en 2022. Pusieron a 'Piscis' Restrepo a compartir el cargo con Francisco Nájera e intentaron manejar el caso Aldair Quintana, un tema que requiere un análisis profundo.
En lo deportivo, pese a los primeros lugares, el equipo nunca se estabilizó. Poco ayudó la falta de autocrítica del entrenador y sus decisiones cuestionables. Insistió con jugadores con mal presente y en posiciones poco favorecedoras, y se fue desgastando... repitiendo una y otra vez su libreto.
El revés en debut ante Olimpia en la Libertadores mostró que el proyecto era endeble y puso el foco en una verdad de a puño: no había una estructura institucional sólida para soportarlo.
El sacrificado fue un técnico que apenas cumplió 40 años, con un historial laureado en el fútbol aficionado. El DT y su asistente se marcharon, pero los problemas siguen en casa, creciendo entre los malos manejos y la frecuente rotación de personal… desfile de presidentes, gerentes y comunicadores.
Con Restrepo se jugaron una carta distinta, la primera movida en la presidencia de Gutiérrez. La partida la perdió y trastocó la credibilidad en su gestión.
También son muy cuestionables los resultados del Comité de Fútbol de Atlético Nacional, por donde pasan todas las decisiones deportivas (especialmente las contrataciones), la mayoría alimentadas por el big data, pero sin un soporte real que permita el desarrollo deportivo y la consolidación de un proyecto.
"La estructura es más importante que los jugadores", dice Maturana… vale la pena que escuchen más a Pacho.
Una crisis en Nacional de cinco años
Juan Carlos de la Cuesta, con una gestión deportiva histórica (11 títulos) dejó la presidencia poco antes de terminar la era Rueda. Asumió Andrés Botero, que lesionó las finanzas del club con salarios elevadísimos en la etapa de Almirón y sus refuerzos argentinos. Antes probaron con Lillo, un proyecto que tenía visos interesantes, pero su particular discurso y pocos resultados lo condenaron.
Juan David Pérez llegó a resolver líos jurídicos y a recomponer la parte económica de la institución. Intentó cimentar un proyecto serio con Autuori a la cabeza, pero la demanda con Cortuluá condicionó. El brasileño trató de resolver con los elementos que tenía, pero el equipo no caminó. Su vasta experiencia le dictó que era mejor dimitir. No había condiciones.
Lo de Osorio, con la pandemia atravesada, fue insostenible. La fórmula de reencauchar al técnico tricampeón decepcionó. Y tras despedir al 'Míster', Nacional eligió a Guimarães por hoja de vida y conocimiento del FPC, pero apenas duró un semestre. Los fracasos en la Copa, la Liga y la Libertadores provocaron su salida. Vino Restrepo y un desenlace muy similar.