El Nacional, después de varios años de malas administraciones -militares y civiles- que han generado la sequía de títulos más larga de su historia (14 años; no gana un campeonato desde el 2006), que pusieron al club capitalino al borde del descenso en el 2012 -se salvó de bajar en la últim fecha al vencer a Técnico Universitario-, que se libró de bajar en el 2018 solo porque la Liga Profesional de Fútbol del Ecuador decidió aumentar de doce a 16 el número de participantes para el 2019 es, desde este domingo, equipo de la serie B. En ese circuito jugará la otrora poderosa escuadra criolla en la temporada 2021.
El 2020 termina como año maldito para El Nacional. Estuvo envuelto en pérdida de puntos por suspensiones a causa de no honrar sus deudas. Tuvo un desfile de cinco entrenadores -uno de ellos llegó al sitio de prácticas tras ser designado 24 horas antes, pero cuando se presentó le comunicaron que ya no sería contratado-. Pasó vergüenza pública cuando la plantilla le exigió, varias veces, a la dirigencia que les pague salarios atrasados. Se dieron una infinidad de cruces verbales, que conllevaron interminables acusaciones, entre la presidenta Lucía Vallecilla y los futbolistas militares. Y Édison Méndez, llamado de urgencia para que se siente en el banquillo técnico, denunció que la dirigente intentó influir en las alineaciones. Y hasta el día final en la LigaPro Serie A, otro bochorno: Pedro Quiñónez, que enfrentó a Vallecilla, quedó fuera de la convocatoria que hizo José Villafuerte.
Y así se fue El Nacional, vencido 1-0 por Orense, en el Nueve de Mayo de Machala, con una pobreza de puntos en la tabla acumulada: 26 en 30 fechas. Y en ese número de jornadas perdió 16 partidos. Un grande empequeñecido hace mucho no resistió y, como le sucedió en 1979, vivió una tragedia deportiva que alcanza, como responsables, a las recientes directivas.
El club que se estrenó en los campeonatos ecuatorianos de la división máxima en 1964 y que ese año fue segundo, detrás del Deportivo Quito, al ser subcampeón en su primera campaña, dejó a la A con merecimientos. La institución que 1967 dio la primera de las trece vueltas olímpicas se hundió este domingo en un abismo deportivo y económico porque actuará en un circuito menor y todos sus ingresos, incluidos los que recibe por derechos de televisión, se reducirán.
El Nacional que marcó un hito al convertirse en tricampeón de 1976, 1977, 1978, un triplete que repitió en 1982, 1983, 1984, ya no pudo gambetear al descenso, como lo hizo en el 2012 y 2018. La única vez que los criollos bajaron sucedió el 18 de julio de 1979, cuando el cuadro quiteño era era tricampeón vigente. Hoy se da en circunstancias distintas a las de hace 41 años. Hoy todo es desorden interno, contrataciones de escaso nivel, falta de seriedad en diversos órdenes, desastre financiero, pérdida de grandeza, orgullo abollado, divisiones menores que producen poco y nada -al contrario de épocas pasadas- y un futuro incierto precisamente por toda esa colección de problemas que lo condujeron a la serie B este domingo. En 1979 El Nacional bajó a mitad de temporada y en diciembre de ese mismo año regresó para reaparecer en la serie A en 1980. Hoy que todo es flaqueza institucional el pronto retorno es incierto
En el torneo de 1979 bajó al final de la primera etapa (había otra tanda de descenso al final de la segunda fase). En el Atahualpa perdió 1-0 con Liga de Quito y descendió como penúltimo, junto con Bonita Banana. En la derrota El Nacional formó con Rodríguez; Narváez, Swett, Pérez, Perlaza; Vega, Granda, Villafuerte; Nieves, V. Ron, Barahona (Guerrero). El director técnico era Juan Araujo. Estuvo un semestre en la B; al final de 1979 subió y reapareció en la A en 1980. (D)