Cristian Colmán ya es pasado en Barcelona. No llegó a un acuerdo con la dirigencia canaria para renovar en el 2021. Y aunque su trayectoria como delantero del campeón del 2020 numéricamente se resume en 27 partidos jugados, 11 de ellos en condición de titular, y apenas cinco goles anotados, según los datos de la LigaPro, sí consiguió, junto con su compatriota Williams Riveros, entrar en la historia de Barcelona: ser parte de un selecto y reducido grupo de futbolistas paraguayos que ganaron el título nacional con los amarillos.
Hasta antes del 29 de diciembre del 2020, cuando Barcelona se coronó tras vencer en una dramática tanda de penales (3-1) en el estadio Rodrigo Paz a Liga de Quito, solo el guaraní Glubis Ochipinti había dado una vuelta olímpica con el club amarillo. Esa noche de hace tres semanas Colmán y Riveros igualaron al delantero paraguayo que lo hizo más de medio siglo antes. Además de ser parte del campeón, talvez por lo que más se recuerde a Colmán en su andadura como torero sea lo que hizo el 23 de agosto anterior, cuando marcó el gol de la victoria 2-1 en el Clásico del Astillero. El atacante ingresó a los 80 minutos para reemplazar a Damián Díaz, cuando el tanteador registraba un 1-o a favor de Emelec. A los 82 empató Fidel Martínez y parecía que así terminaría el duelo. Pero: "Cuando se jugaban adicionales, Colmán ingresó por el centro del área de Emelec y luego de habilitar a José Angulo, este pasó de largo y cuando Leandro Vega intentó despegar, le sobró la pelota y la dejó servida para que el paraguayo con remate ponga el 2-1 final para el triunfo amarillo", dijo EL UNIVERSO sobre la victoria del dueño de casa.
En cuanto a Riveros, una de las figuras del Delfín campeón 2019, el zaguero jugó 29 partidos como titular en la campaña 2020, fue el líder de una monolítica defensa canaria, brilló en varios partidos, especialmente en la final de vuelta en el estadio azucena. Su firmeza y personalidad lo convirtieron en irremplazable y por eso sigue en Barcelona.
Colmán y Riveros se unen a Ochipinti como los únicos paraguayos campeones con Barcelona, pero Ochipinti es también el primer jugador de esa nacionalidad contratado por los toreros, en 1963. Y aunque luego fueron fichados varios guaraníes de notable trayectoria en su país y a nivel internacional, como Roberto Paredes y Roberto Cabaña —ambos de paso intrascendente como toreros—, los que mejores resultados dieron fueron Juan Samudio y Derlis Florentín, que arribaron sin hacer ruido.
Ochipinti, fallecido con 79 años en el 2014, tras padecer una enfermedad terminal, fue figura en el asunceño Libertad —campeón de 1955, elegido como el mejor equipo del siglo XX en Paraguay, en una encuesta del diario ABC Color—, y también militó en el Alessandria de Italia, Espanyol de Barcelona y el Pereira de Colombia antes de venir a Guayaquil.
Solo jugó una temporada, y el 26 de enero de 1964, en el estadio Modelo, el paraguayo alineó en el equipo que se consagró campeón ecuatoriano de 1963 al igualar a cero con Emelec. El DT brasileño Gradym mandó a la cancha a Helinho; Alfonso Quijano, Vicente Lecaro, Ruperto Reeves Patterson, Luciano Macías; Mario Zambrano (Dick Torres), Alejo Calderón; Ochipinti (Félix Lasso), Helio Cruz (Gonzalo Salcedo), Ricardo Reyes Cassis, Tiriza. Ochipinti jugó después en Nueve de Octubre.
En 1972 Celino Mora, que el año anterior había arribado a Quito para enrolarse en Universidad Católica, fue fichado por Barcelona para jugar la Copa Libertadores. El puntero izquierdo paraguayo tenía un cartel estelar en Cerro Porteño y si por algo se lo recuerda con el club amarillo es por haber anotado un tanto en el 1-1 frente al Sao Paulo, en el estadio Morumbí por la ronda de semifinales (ante la mayor cantidad de público que ha visto en vivo un partido de los toreros: 100.000 personas, con entrada gratis el 21 de abril de 1972). Mora, en la ronda previa, también marcó en el triunfo de Barcelona 2-1 en Bolivia, sobre el Chaco Petrolero.
Hubo que esperar hasta 1987 para que los canarios importaran a otro paraguayo. En aquella ocasión fue el zaguero Roberto Paredes, como refuerzo para semifinales de la Libertadores. Paredes había ganado ese torneo con Olimpia, en 1979, mismo año en que fue campeón de la Copa América con la selección albirroja.
Un lento y pesado Paredes no funcionó ni con el estelar y veloz Hólger Quiñónez como pareja en el centro de la zaga. Barcelona perdió sus cuatro partidos (dos de ellos por goleada: con Cobreloa 3-0 en el Modelo, y 4-0 con América en Cali).
En 1993 Barcelona trajo al futbolista paraguayo de mayor currículum que ha vestido su camiseta: Roberto Cabañas. Fue campeón de América con su país en 1979, mundialista en México 1986 e ídolo en Boca. Cinco goles fue un saldo bajo para la expectativa creada.
En septiembre de 1993 debutó en el Jocay en una derrota ante Delfín (2-0) y Cabañas fue expulsado. Después del duelo, el guaraní aseguró que fue mordido en la espalda por el defensa tricolor Dennis Farías.
Con el transcurrir de los años por Barcelona desfilaron varios paraguayos, sin hacer historia ninguno. Gustavo Sotelo, Héctor Blanco, Hugo Brizuela, Fernando López (contratado por un presidente de la Comisión de Fútbol que declaró que el club sería “la vitrina de López”, porque el empresario le había prometido que iba a ser una estrella. López fue un fraude y ese dirigente siguió fichando “astros” que luego fracasaron y demandaron a Barcelona), Diego Salvaje Martínez, Raúl Román, Troadio Duarte, Javier Mercedes Mechita González, Daniel Ferreira y Víctor Ayala.
El 17 de marzo de 2006, bajo la presidencia de Galo Roggiero, fue adquirido el ariete paraguayo Derlis Florentín, “que se ha convertido en la esperanza de gol del Barcelona”, anticipó EL UNIVERSO. Florentín convirtió 17 tantos y fue el artillero canario en el 2006. Su desempeño atrajo al Palmeiras, que compró su pase. Volvió en el 2009 y solo pudo hacer un gol. Murió en el 2010 en un accidente de tránsito en su país natal.
De Libertad aterrizó Juan Samudio, el paraguayo que más rindió ofensivamente en Barcelona al anotar 20 goles (6 en el 2009 y 14 en el 2010). Incluso, uno de sus tantos en la primera temporada sirvió para someter 2-0 a Liga de Portoviejo y evitar así el descenso amarillo. (D)