El precipicio está a dos fechas de distancia y la actual ubicación de El Nacional es al borde del vacío. Un par de jornadas de la segunda etapa del campeonato separan al otrora orgulloso equipo militar de bajar a la serie B. El riesgo es inminente, porque está en el último lugar de la tabla de posiciones acumulada, con 23 unidades menos 23 de gol diferencia. Arriba tiene a Liga de Portoviejo (24, menos 23 de gol diferencia); y más lejos, en cuanto a puntaje, a Deportivo Cuenca (28, menos 17). La caída de la institución quiteña, situación que no ocurre desde 1979, es inminente. Su destino ya no está solo en sus manos.
Si los morlacos empatan en la penúltima fecha, y si también igualan sus respectivos duelos Orense (tiene 28 unidades menos 16 en la acumulada) y Mushuc Runa (28 y menos 11), los tres clubes llegarían al límite de puntaje al que aspira El Nacional: 29; y con mejor gol a favor para cada uno.
Es decir, talvez ni ganar sus dos siguientes encuentros le sirva a los criollos para eludir el descenso a la B. La goleada sufrida ante Emelec, 3-0 la noche del sábado pasado, puso nocaut a El Nacional.
El desastre deportivo (y económico) de El Nacional no es nuevo. Tiene más de una década e incluye la que es, hasta hoy, la racha sin títulos más larga de su historia —no da una vuelta olímpica desde el 2006— y ha estado varias veces involucrado en líos de descenso.
El 2 de diciembre del 2012, en el cierre de su participación en el certamen, El Nacional esquivó perder la categoría por segunda vez (desde que debutó en el circuito de honor, en 1964) al vencer 3-1 a Técnico Universitario, de visita. “Lágrimas en los hinchas del equipo ambateño, que necesitaba una victoria para no bajar; la cara opuesta fue El Nacional, que celebró su permanencia”.
La salvación fue celebrada por los jugadores en la cancha, luego largamente en los vestuarios, y por una banda de música que en las gradas del estadio entonó el tema Lindo Quito de mi vida.
Descendió, pero no se fue
En el 2018, un 2 de diciembre, los criollos fueron apaleados 5-1 por Delfín, en el estadio Jocay. Ese resultado los habría hecho bajar y jugar en la B en el 2019. Pero a El Nacional lo “rescató” una decisión de la Liga Profesional —que rige los campeonatos de la A y de la B desde el año anterior, en lugar de la FEF—: aumentar de 12 a 16 equipos en la máxima división.
Así, la LigaPro “invitó” a participar al cuadro quiteño, que “como penúltimo pierde la categoría, junto a Guayaquil City (último)” en su torneo del 2019. “El salvataje de los colistas se decidió en medio del campeonato actual, algo mal visto por clubes que reclamaron por haber cambiado las reglas con miras al próximo año”, publicó este Diario. (D)