Lucas Villarruel llegó en enero a Liga. Era la primera experiencia internacional del argentino, de 28 años. En ese tiempo no se hablaba de mascarillas ni de distancia social.
“Apenas llegué, me dijeron que el partido contra Barcelona era muy importante. Que llevábamos un récord largo de partidos sin perder en nuestra casa y que había que mantener esa racha”, recordó el mediocampista, de excelente campaña con los universitarios.
Liga se enfrentará el martes 29 de diciembre del 2020 (inicialmente a las 18:00) a los toreros, en su casa, en el partido más importante del año. El juego dirime al mejor equipo de la temporada. La primera final terminó igualada 1-1, el pasado miércoles en el estadio Monumental (Guayaquil) y ello le da una ventaja a la ‘U’: un triunfo por cualquier marcador le dará la corona.
Pero lo visto en la primera final y los indicadores de la campaña (Liga culminó la fase regular del torneo como líder con 59 puntos, uno más que los amarillos, que fueron segundos) hacen presagiar un partido intensamente disputado, entre dos fuerzas muy parejas.
La final de vuelta será el partido 219 en la historia de los dos equipos. Marca una posibilidad histórica para Barcelona: ganar en el Rodrigo Paz por primera vez y dar la vuelta olímpica, un botín apreciado en el cuadro guayaquileño.
El estadio es un verdadero fortín para la ‘U’ desde su inauguración, en 1997. Barcelona lo visitó en 51 ocasiones, perdió 33 juegos y empató en 18 cotejos. “Es una gran oportunidad para hacer historia. Veo que somos dos fuerzas parejas, pero nosotros vamos a pelear con nuestras armas, con el corazón y con todo el apoyo de nuestra gente, que siempre está pendiente del equipo”, señaló el entrenador de los toreros, Fabián Bustos.
El antagonismo entre ambos equipos va en aumento. El morbo que genera un posible triunfo de Barcelona, la definición del título y las Copas internacionales ganadas por Liga son algunos de los ingredientes de un jugoso coctel que se adueña de las redes sociales la víspera de este cotejo.
Esta será la segunda ocasión que los dos equipos se midan en una final: en el 2005, Barcelona venció 1-0 en la ida, pero cayó 3-0 en el partido de vuelta, jugado un 24 de julio.
Esa no fue la única vez que hubo una vuelta olímpica tras un enfrentamiento entre azucenas y toreros. En la última fecha de la liguilla del torneo 1990, la ‘U’ venció 3-1 a Barcelona en el estadio Atahualpa y se proclamó campeón. Los toreros tuvieron que jugar dos partidos extras con Emelec para definir el subtítulo.
En 1971, Barcelona venció a Liga en el Atahualpa, pero tuvo que esperar que América no ganase a Liga de Portoviejo en Manabí, para proclamarse campeón. Los toreros recién pudieron celebrar en la noche, luego del empate del cuadro ‘Cebollita’ en el estadio Reales Tamarindos.
Durante la semana pasada, el directivo Esteban Paz y el entrenador Pablo Repetto intentaron quitarle drama a la posibilidad de perder el invicto del estadio. “Nos enfocamos más en ganar la final, que en el tema del invicto. Algún día pasará”, decía el técnico Repetto.
Sin embargo, mantener el invicto y conseguir el título ahora van de la mano, tras el resultado de la final de ida. Liga precisa ganar para ser campeón. Un empate por cualquier resultado forzará la serie a penales; y una derrota ante los toreros significará la consagración del cuadro de Fabián Bustos.
Suena lejano en el tiempo, pero fue apenas el 7 de marzo pasado cuando el coronavirus se acercaba peligrosamente al país. Aquel sábado de marzo, Barcelona tuvo una brillante oportunidad de ganar en el Rodrigo Paz. A 10 minutos del final, el elenco amarillo dispuso de un penal a favor con un resultado parcial de 1-1.
Ninguno de los referentes del cuadro amarillo dio el paso al frente para cobrar el lanzamiento. Fue Christian Alemán quien tomó la pelota y se paró frente a Adrián Gabbarini. “Esperaba a Díaz (Damián) o a Álvez (Jonathan), pero vino a cobrar Alemán. No tenía mayor referencia de cómo lo hacía, pero esperé hasta el final para lanzarme”, contó ‘Gabba’ a este Diario. El golero contuvo el tiro. Minutos después, Franklin Guerra puso el 2-1, ante la locura de los hinchas.
Esa fue la última vez, por torneo local, que hubo hinchas en el estadio. La final del martes 29 de diciembre del 2020 se jugará sin público.