Fue un partido extraño, pero digno de una final. Fiesta en la tribuna, goles y coraje. Atlético Nacional tardó tres años en regresar a esta instancia. La espera valió la pena. Encaró el primer cruce con Deportivo Pereira con esa categoría que lo convirtió en un equipo multicampeón. Superó en tiempo récord el capítulo desconcertante de la impresionante lesión de Baldomero Perlaza, que a cualquier escuadra hubiera sacado del partido, y consiguió una victoria 5-0 que lo pone muy cerca del título de la Copa BetPlay.

El juego en el Atanasio Girardot evocó hasta el minuto 26 lo que había sucedido días atrás con Bucaramanga, en el empate sin goles por la Liga II. Pero la luxofractura en el tobillo derecho que sufrió Baldomero le dio un giro a la historia. Primero causó pánico en compañeros y colegas al ver esa imagen después de ir por la pelota en una acción con Brayan Castrillón, que complicó el estado de campo, afectado por la fuerte lluvia que cayó en Medellín. Todo fue drama.

El sueño del canterano

Ingresó con rapidez una ambulancia para trasladar al volante al hospital. Del juego se hizo cargo el juvenil Nelson Palacio, que no decepcionó en su primera final, al tener a Sebastián Gómez con la Selección Colombia. Y fue precisamente el canterano de 20 años quien detectó que el partido estaba para probar de media distancia. Se atrevió y el fútbol lo premió con un gol al 36' que trajo alivio y sacó al equipo del impacto por la lesión de Perlaza.

Pero antes de ese momento heroico del reemplazante de 'Baldo', el cuadro matecaña registró su primera opción clara con un cabezazo del Trencito Valencia, pero Aldair Quintana se vistió de Armani para aguantar el cero en una noche determinante para el proyecto de Alejandro Restrepo.

Escudo/Bandera Nacional

Ese 1-0 destapó por completo el partido, que había buscado más el local, pues en un par de cabezazos de Baldomero y Emmanuel Olivera por poco abre el marcador en el inicio.

Se decidió a salir a jugar el equipo de Alexis Márquez y mostró argumentos, esos mismo que utilizó para salvar la categoría y para amargar a los verdolagas, arrebatándoles el invicto en la Liga hace un poco más de un mes.

Se dieron dos mano a mano más entre Quintana y Castrillón, que fue el más incisivo y siempre causó peligro. Pero también era la noche del tolimense y estuvo a la altura en la final. Sumó ese par de atajadas, pero antes Jarlan Barrera amentó la ventaja con un soberbio disparo de media distancia. A puro talento se firmó con esa joya del creativo el 2-0 al minuto 40.

Duque nunca defrauda en finales

Para llenar de mística la final, como sucedió en tiempos del tricampeonato de Osorio, vino al 50' el gol de Jéfferson Duque, que supo disputar la pelota con Alcatraz García, y cobró en medio de la pasividad de la defensa del visitante. El ahora capitán no defraudó y puso su cuota en la victoria,

Entre Jarlan, Rifle Andrade y Dorlan Pabón soltaron esos pases demoledores para ganar la espalda del cuadro matecaña, que fue valiente y tuvo carácter, pero la jerarquía y el talento de Nacional lo superó. Incluso Duque estuvo cerca del cuarto, pero Santiago Castaño respondió, y luego vino otra chance de Castrillón que nuevamente resolvió Quintana.

Escudo/Bandera Deportivo Pereira

Con ganas y amor propio, la escuadra de Risaralda siguió intentando, pero tanto Felipe Aguilar como el Turro estuvieron sólidos. Bryan León, Maicol Medina y Ángel Ramírez renovaron las fuerzas con su ingreso, pero el local tenía el partido donde quería y solo esperaba su oportunidad para lastimar de nuevo.

Y lo consiguió, con su goleador, al que han visto caer y levantarse de fuertes lesiones de rodilla. El que volvió para extender su palmarés. El que nunca falla en finales. Fue Duque el autor del cuarto más enloquecer al 70' a la afición en el Atanasio, el patio de su casa. Pero aún quedaba partido. Jonatan Álvez, Alex Castro y Yeison Guzmán ingresaron. Lo tuvo el Loco, pero Castaño evitó el quinto. No tuvo la misma fortuna ante Castro, que líquido al 89' la serie con el 5-0.

Para los matecañas ya era muy larga la distancia en el marcador y en el prestigio de su rival, que le recordó que era su primera final en la máxima categoría en sus 77 años de historia. Ahora queda el juego de vuelta, programado para el 24 de noviembre en el Hernán Ramírez Villegas, donde Nacional espera terminar la tarea y conquistar el primer título en la era de Restrepo.

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